viernes, 18 de diciembre de 2009

Estudio confirma que ser vegetariano incrementa la inteligencia

Los hombres y mujeres que basan su dieta alimenticia en frutas y verduras mejoraron su puntaje en los exámenes de inteligencia, señala una investigación de la Universidad de Southampton.
Los niños inteligentes son más propensos a convertirse en vegetarianos de mayores, afirma el estudio.

Un equipo de la Universidad de Southampton concluyó que los vegetarianos adultos han registrado 5 puntos más de coeficiente intelectual que los no vegetarianos.

Los investigadores afirman que esto puede explicar por qué las personas con coeficiente intelectual más alto escogen una dieta vegetariana, que se asocia a una menor incidencia de enfermedades cardíacas y obesidad.

El estudio apareció publicado en el British Medical Journal. En dicha investigación, 366 de los participantes declararon ser vegetarianos -aunque más de 100 reportaron comer aún pollo o pescado.

Los hombres vegetarianos tuvieron un puntaje CI (coeficiente intelectual) de 106, comparado con los 101 de los no vegetarianos, mientras que las mujeres vegetarianas puntuaban en promedio 104 frente al 99 de las no vegetarianas.

No existían diferencias significativas entre los que afirmaban ser vegetarianos estrictos y los que decían que comían aún pollo y pescado.

Las personas vegetarianas del estudio eran principalmente de sexo femenino, la mayoría de una clase social ocupacional alta y tenían niveles de educación y éxito laboral más altos que los no vegetarianos. Sin embargo, estas diferencias no se veían reflejadas en los ingresos anuales, que eran similares entre los vegetarianos y los no vegetarianos.

La investigadora jefe, Catherine Gale, recalcó que: "El hallazgo de que los niños con mayor inteligencia es más probable que se conviertan en vegetarianos cuando son adultos, junto a la evidencia de los potenciales beneficios de una dieta vegetariana sobre la salud cardíaca, puede ayudar a explicar porqué el CI más alto de los niños y adolescentes se relaciona con la reducción de los riesgos de enfermedades cardíacas en la vida adulta."
Inteligencia

De todos modos, agrega Gale que la relación sólo puede ser un ejemplo de muchas otras preferencias y estilos de vida que varían con la inteligencia y que pueden o no tener implicaciones para la salud.

Liz O'Neill, de la Vegetarian Society, dice: "Nosotros siempre hemos tenido claro que el vegetarianismo es una opción inteligente y compasiva que beneficia a los animales, las personas y el medio ambiente. Ahora tenemos la evidencia científica para probarlo. Quizás eso explica el hecho de que muchas personas que han reducido su consumo de carne se autodenominen vegetarianos, aún cuando sepan que los vegetarianos jamás comen pollo, pavo o pescado."

Pero el Dr. Frankie Phillips, de la British Dietetic Association, dice: "Esto es como el problema del huevo o la gallina: las personas se vuelven vegetarianas ¿porque tienen un CI más alto o porque entienden que es una dieta más saludable?".


Fuente: BBC ("High IQ link to being vegetarian") / HazteVegetariano.com
Traducción: Fabiola Leyton D.

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viernes, 27 de noviembre de 2009

Los 10 alimentos más peligrosos

Huevos, atún y ostras son los que más brotes sanitarios de origen alimentario causan en EE UU

¿Puede un alimento ser sano y, a la vez, peligroso? Indudablemente, sí. Un mal lavado, una contaminación, una conservación defectuosa o una alergia desconocida pueden hacer de la dieta más saludable una visita al hospital. El ejemplo: una recomendable ensalada de tomate, queso y atún tiene tres de los alimentos que más enfermedades han causado en Estados Unidos. Si se le añade una mayonesa casera, y el exótico toque de unas frambuesas, ya estarán cinco de los 10 más peligrosos. Pueden reunir todas las características: salmonela, bacterias, alergenos, minerales pesados, toxinas por putrefacción, productos químicos (insecticidas, pesticidas)...

No está claro que la estadística sea extrapolable a España, pero sí que da pistas sobre dónde hay que extremar el cuidado. El primer puesto de la lista lo ocupan los huevos (por eso la mayonesa del ejemplo anterior). Sus 352 brotes en Estados Unidos han llevado, desde 1990, a más de 11.000 personas al hospital.

Le sigue el atún (268 brotes) y las ostras (132). Luego están las patatas, queso, helados, tomates, coles y bayas (fresas, frambuesas, grosellas.... etcétera).

Obviamente, los expertos del Centro de Control de Enfermedades (CDC) que han hecho el estudio admiten que sólo han tenido acceso a la punta del iceberg (los casos que han requerido tratamiento médico), aunque calculan que cada año 76 millones de estadounidenses enferman por culpa de algo que han comido (si la proporción fuera igual en España, serían más de 11 millones de personas. Y que el problema no está en los alimentos en sí, sino en sus condiciones de conservación o manipulación. Pero indudablemente dan un argumento para evitar invitar a ostras a la pareja, o, siendo positivos, para pedir que las ensaladas se aliñen con aceite de oliva y cambiar el sorbete del postre por una pieza de fruta.


Fuente: ElPais.com
Fotografia: Salmon Sashimi , Century Egg (huevos), Squid Sashimi, Salmon Tuna Mayo(atun), Dried Oysters (ostras) fried with Fa Cai

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martes, 10 de noviembre de 2009

Ecológicos, orgánicos y naturales

Cada vez más los consumidores se esfuerzan por buscar alimentos que cuenten con estas características, aunque la tarea se torne un tanto difícil

Dejando aparte las exageraciones, que las hay, la verdad es que la salud del planeta es una de las cosas que hoy preocupan más al hombre, junto, por supuesto, con la salud propia; ambas obsesiones tienen su reflejo en la alimentación, sector en el que lo ecológico, lo "natural", es un plus cada vez más apreciado.

A los efectos que nos ocupan, hoy entendemos por productos "ecológicos" -otros hablan de agricultura "orgánica"- a aquellos que han sido cultivados sin echar mano de fertilizantes ni plaguicidas químicos. Se buscan abonos orgánicos -¿qué habrá sido del tan popular nitrato de Chile?- y se combaten las plagas sin apelar a insecticidas del tipo del prohibido DDT; más bien se combaten los insectos dañinos con la introducción de insectos benignos, y técnicas por el estilo.

En fin, que, como apuntamos, lo ecológico es un plus, y es normal que lo sea. Los problemas empiezan cuando el consumidor, y hablamos sobre todo del habitante de las grandes ciudades, intenta surtirse de productos ecológicos: lo tiene difícil. En primer lugar, porque no abundan esos productos en los anaqueles de los supermercados ni de las verdulerías; es cierto que hoy se puede acceder a algunos de ellos por internet, pero tampoco crean que a muchos. Y, por otra parte, todo plus de aprecio acaba siendo, también, un plus de precio: los productos de agricultura ecológica son más caros que los otros.

Normal que lo sean, por otra parte; no es que los fertilizantes naturales sean más caros que los inorgánicos -si lo piensan bien, no hay nada que cueste menos que el más natural y antiguo de los abonos "naturales"-, pero sí que lo son los sistemas orgánicos de combatir las plagas, sin contar los daños que esas mismas plagas, no sólo insectos, sino malas hierbas, causan en los cultivos.

Así que la mejor manera de surtirse de tomates o puerros "ecológicos" va a ser... cultivarlos uno mismo. Claro, el primer problema es tener dónde, tener un terreno; uno puede cultivar tomates en una maceta, pero no conseguirá frutos suficientes para todo el año. Hace falta suelo. Y a la gente le gusta más tener una pileta, y un jardín, que trabajar un huerto. Porque ésa es otra: el huerto hay que trabajarlo. Mucho. Exige dedicación no diremos que plena, pero casi. Y los urbanistas no suelen estar por la labor.

Hombre, si uno tiene una granja como la del cocinero británico Jamie Oliver, y contrata a un agricultor que se la cuide y atienda, miel sobre hojuelas; pero no todo el mundo puede hacerlo. Hay quien empieza a cultivar un huertito para entretenerse, pero poco a poco el trabajo le va absorbiendo: hay que sembrar, trasplantar, luchar contra los bichitos que opinan que uno ha sembrado para ellos, abonar, regar... Trabajar, en una palabra. Y contratar un ayudante supone un gasto que sólo se justificaría si la producción fuera rentable, es decir, ya no hablamos de autosuministro, sino de explotación.

Pero sí: es bonito poder presentar a los invitados una ensalada y decir "es de mi huerto", al estilo de aquel patricio romano que, al servir el vino, les decía: "gracias a los dioses, yo no lo compro", para dar a entender que es de cosecha propia. Ahí está el detalle: el día que el agricultor que cosecha productos de primera calidad en todos los sentidos obtenga el prestigio social que tienen los vinateros... las cosas habrán empezado a cambiar. A todos nos gusta que se nos reconozca nuestro trabajo. Y no sólo económicamente.

En fin, mientras llega su huerto particular, consuman, si lo creen oportuno, productos "ecológicos". Pero separen el grano de la paja: en esto de lo ecológico, lo orgánico, lo natural, hay también bastantes cuentistas: aprendan a conocerlos... y evítenlos.


Fuente: Observa.com.uy
Autor: Caius Apicius, de la agencia EFE

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lunes, 19 de octubre de 2009

Cáncer de mama / Día Internacional contra el Cáncer de Mama

El cáncer de mama es considerado hoy el tumor maligno más frecuente en las mujeres de todo el mundo y principal causa de muerte entre los 45 y 55 años de edad. Anualmente se diagnostican más de un millón de casos en el mundo, muchos de ellos en etapas avanzadas con una alta tasa de mortalidad. Sin embargo, si se descubre a tiempo, la dolencia puede ser tratada con éxito.

Una variedad de métodos que van desde el simple examen hasta estudios de avanzada tecnología permiten la detección precoz de una lesión. Por su parte, el uso de terapias adyuvantes a la cirugía: hormonoterapia, quimioterapia y anticuerpos monoclonales elevó la sobrevida de pacientes afectadas. De ahí que especialistas aconsejan a las mujeres, en particular las mayores de 40 años y con factores de riesgo asociado, consultar al médico periódicamente para detectar a tiempo cualquier anomalía.


Historia


El cáncer de mama es uno de los cánceres tumorales que se conoce desde antiguas épocas. La descripción más antigua del cáncer (aunque sin utilizar el término «cáncer») proviene de Egipto, del 1600 a. C. aproximadamente. El papiro Edwin Smith describe 8 casos de tumores o ulceras del cáncer que fueron tratados con cauterización, con una herramienta llamada "la orquilla de fuego". El escrito dice sobre la enfermedad: «No existe tratamiento». A lo mínimo un caso descrito es de un hombre. Por siglos los médicos han descrito casos similares, todos teniendo una triste conclusión. No fue sino hasta que la ciencia médica logró mayor entendimiento del sistema circulatorio en el siglo XVII que se lograron felices avances. En este siglo se pudo determinar la relación entre el cáncer de mama y los nódulos linfáticos axilares. El cirujano francés Jean Louis Petit (1674-1750) y posteriormente el cirujano Benjamín Bell (1749-1806) fueron los primeros en remover los nódulos linfáticos, el tejido mamario y los músculos pectorales (mastectomía radical). Su senda de comprensión y avance fue seguida por William Stewart Halsted que inventó la operación conocida como "mastectomia radical de Halsted", procedimiento que ha sido popular hasta los últimos años de los años setenta.

Tipos de Cáncer

Existen dos tipos principales de cáncer de mama: El carcinoma ductal que comienza en los conductos que llevan leche desde la mama hasta al pezón. La mayoría de los cánceres de mama son de este tipo. El carcinoma lobulillar comienza en partes de las mamas, llamadas lobulillos, que producen leche.

En raras ocasiones, el cáncer de mama puede comenzar en otras áreas de la mama. Muchos cánceres de mama son sensibles a las hormonas estrógenos, lo cual significa que el estrógeno hace que el tumor canceroso mamario crezca. Este tipo de cáncer se denomina cáncer positivo para receptores de estrógenos o cáncer positivo para RE. Algunas mujeres tienen lo que se conoce como cáncer de mama positivo para HER2. HER2 se refiere a un gen que ayuda a que las células crezcan, se dividan y se reparen ellas mismas. Cuando las células tienen demasiadas copias de este gen, las células (incluyendo las cancerosas) se multiplican más rápidamente. Los expertos piensan que las mujeres con cáncer de mama positivo para HER2 tienen una enfermedad más agresiva y un riesgo mayor de recurrencia que aquellas que no tienen este tipo de cáncer.

Factores de Riesgo No Modificables

Edad y género: el riesgo de desarrollar cáncer de mama aumenta a medida que uno envejece. La mayoría de los casos de cáncer de mama avanzado se encuentra en mujeres de más de 50 años. Las mujeres tienen 100 veces más probabilidades de desarrollar cáncer de mama que los hombres.
Antecedentes familiares de cáncer de mama: uno también tiene un riesgo más alto de padecer cáncer de mama si tiene un familiar cercano que haya padecido este tipo de cáncer, al igual que cáncer uterino, cáncer ovárico o cáncer de colon. Alrededor del 20 al 30% de las mujeres con cáncer de mama tienen antecedentes familiares de la enfermedad.
Genes: algunas personas tienen genes que los hacen más propensos a desarrollar cáncer de mama. Los defectos en genes más comunes se encuentran en los genes BRCA1 y BRCA2. Estos genes normalmente producen proteínas que lo protegen a uno del cáncer. Pero, si uno de los padres le transmite a uno un gen defectuoso, uno tiene un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama. Las mujeres con uno de estos defectos tienen hasta un 80% de probabilidades de padecer cáncer de mama en algún momento durante su vida.
Ciclo menstrual: las mujeres que inician tempranamente sus períodos menstruales (antes de los 12 años) o llegan a la menopausia tarde (después de los 55) tienen un riesgo mayor de cáncer de mama.

Otros factores de riesgo

Consumo de alcohol: el consumo de más de 1 ó 2 vasos de alcohol al día puede incrementar el riesgo de cáncer de mama.
Parto: las mujeres que nunca han tenido hijos o que los tuvieron sólo después de los 30 años tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama. Quedar en embarazo más de una vez o a temprana edad reduce el riesgo de padecer este tipo de cáncer.
DES: las mujeres que tomaron dietilestilbestrol (DES) para evitar abortos pueden tener un mayor riesgo de sufrir cáncer de mama después de los 40 años. Esta droga se le suministraba a las mujeres entre los años 1940 y 1960.
Hormonoterapia: uno tiene mayor riesgo de cáncer de mama si ha recibido hormonoterapia durante algunos años o más. Muchas mujeres toman este tipo de terapia para reducir los síntomas de la menopausia.
Obesidad: la obesidad ha estado asociada con el cáncer de mama, aunque este vínculo es controversial. La teoría es que las mujeres obesas producen más estrógeno, el cual puede estimular el desarrollo de este cáncer.
Radiación: si uno recibió radioterapia cuando era niño o adulto joven para tratar un cáncer del área del tórax, existe un riesgo significativamente mayor de padecer cáncer de mama. Cuanto más joven haya sido al iniciar la radiación, mayor será el riesgo, especialmente si la radioterapia se administró cuando a la mujer se le estaban desarrollando las mamas.
Los implantes mamarios, el uso de antitranspirantes y el uso de sostenes con varillas no aumentan el riesgo de cáncer de mama. Tampoco existe evidencia de un vínculo directo entre el cáncer de mama y los pesticidas.

Síntomas

El cáncer de mama precoz generalmente no causa síntomas; razón por la cual los exámenes regulares de las mamas son importantes. A medida que el cáncer crece, los síntomas pueden incluir:

Tumores mamarios o tumoraciones en las axilas que son duras, tienen bordes irregulares y generalmente no duelen. Cambio en el tamaño, forma o textura de las mamas o el pezón. Por ejemplo, se puede presentar enrojecimiento, agujeros o fruncimiento que luce como cáscara de naranja. Secreción de líquido proveniente del pezón, que puede ser sanguinolento, de claro a amarillento o verdoso, y lucir como pus. Los hombres también pueden desarrollar cáncer de mama y los síntomas abarcan tumoración mamaria, así como dolor y sensibilidad en las mamas.

Los síntomas del cáncer de mama avanzado pueden abarcar:
- Dolor óseo
- Dolor o molestia en las mamas
- Úlceras cutáneas
- Hinchazón de un brazo (próximo a la mama con cáncer)
- Pérdida de peso

Factores epidemiológicos de riesgo y etimología

Hoy en día, el cáncer de mama, como otras formas de cáncer, es considerado el resultado de daño ocasionado al ADN. Este daño proviene de muchos factores conocidos o hipotéticos (tales como la exposición a radiación ionizante). Algunos factores llevan a un incrementado rango de mutación (exposición a estrógenos) reparo disminuido (los genes BRCA1, BRCA2, y p53). A pesar de que muchos riesgos epidemiológicos y cofactores biológicos y promotores han sido identificados, la causa primaria aún es desconocida.

Las influencias dietarias han sido propuestas y examinadas, pero éstas no indican aumento o disminución de riesgo.

Los humanos no son los únicos mamíferos capaces de desarrollar cáncer de mama. Algunos tipos de ratones, principalmente el ratón doméstico Mus domésticus son susceptibles de desarrollar cáncer de mama que se sospecha es causado por el virus del cáncer de mama en el ratón (MMTV) por mutagénesis insercional aleatoria. La sospecha de la existencia de origen viral del cáncer de mama es controversial, y la idea no es mayormente aceptada por la falta de evidencia definitiva o directa. Hay mucha mayor investigación en el diagnóstico y tratamiento del cáncer que en su causa de origen.

Edad

El riesgo de contraer cáncer de mama se incrementa con la edad. Para una mujer que vive más allá de los 90 años la probabilidad de tener cáncer de mama durante toda su vida es de 12,5% o 1 en 8. Los hombres también pueden desarrollar cáncer de mama, pero su riesgo es menor de 1 en 1000. El riesgo es modificado por muchos factores diferentes. En una porción muy pequeña de cáncer de mama (5%) hay un gran factor de herencia familiar.

La probabilidad de adquirir cáncer de mama aumenta con la edad, pero el cáncer de mama tiende a ser más agresivo cuando ocurre en mujeres jóvenes. Un tipo de cáncer de mama que ocurre y es especialmente agresivo y desproporcional en las mujeres jóvenes es el cáncer de mama inflamatorio. Inicialmente es puesto en el estadio III o estadio IV. También es característico porque normalmente no se presenta con masa por lo tanto no es detectado con mamografía o ecografía. Se presenta con los signos y síntomas de Mastitis.

Genes

Dos genes, el BRCA1 y el BRCA2, han sido relacionados con una forma familiar rara de cáncer de mama. Las mujeres cuyas familias poseen mutaciones en estos genes tienen un riesgo mayor de desarrollar cáncer de mama. No todas las personas que heredan mutaciones en estos genes desarrollarán cáncer de mama. Conjuntamente con el síndrome Li-Fraumeni (mutación del p53), estas aberraciones genéticas determinarían aproximadamente el 5% de todos los casos de cáncer de mama, sugiriendo que el resto es esporádico. Recientemente se ha encontrado que un gen llamado BARD1, cuando está combinado con el gen BRCA2 incrementa el riesgo de cáncer hasta en un 80%.

Hormonas

Se ha descrito los contraceptivos orales combinados estrógeno-progesterona como carcinogénicos en humanos. También se ha encontrado aumento en el riesgo de adquirir cáncer de mama en mujeres en tratamiento combinado en la terapia de la menopausia.

Otros

Otros riesgos son: no tener hijos, tener hijos con más de 30 años, no darles de amamantar, menarquía temprana, menopausia tardía, obesidad, y la terapia de reemplazo hormonal.

Sin embargo, aunque existe el riesgo de perder la capacidad de tener hijos (debido fundamentalmente a que la quimio y radioterapia pueden destruir los tejidos reproductores), existen en la actualidad diferentes medios de preservación de fertilidad (ver el artículo sobre fertilidad), que están disponibles en los centros sanitarios para prevenir este problema.

Carcinogénesis hormonal. Básicamente hace referencia a los cambios en el medio hormonal de una persona, resultado de la producción excesiva de hormonas endógenas o de la administración de hormonas exógenas. Hay cuatro tipos principales de cáncer (prostático, cerebral, mamario y endometrial), aunque las hormonas no interactúan de modo directo con el ADN, ni ejercen ningún efecto sobre él; más bien promueven el proceso de la carcinogénesis sensibilizando una célula al ataque carcinogénico o modificando el crecimiento de un tumor ya establecido.

El usar frecuentemente desodorantes antitranspirantes (contienen aluminio) puede estar relacionado con el padecer cáncer de mama (la piel es permeable al aluminio).*


Diagnóstico del cáncer de mama



El diagnóstico de certeza del cáncer de mama requiere el examen microscópico de una muestra del tejido mamario sospechoso (biopsia). La biopsia, sin embargo, es tan sólo el último escalón en una cadena de procedimientos cuyo objetivo en separar los estudios mamarios en dos grupos principales: los que presentan algún grado de sospecha de cáncer y los que no.

La anamnesis (interrogatorio) seguida del examen físico o exploración física de la mama es el primer paso que se da para identificar si hay indicios de enfermedad.

Dentro del interrogatorio es de suma importancia investigar si la paciente tiene familiares directos que han tenido cáncer de mama (madre, hermana), si ha tenido tumores benignos en mama, si su menstruación fue de inicio temprano (12 años o menos) y su menopausia tardía (mayor de 50 años), si ha tomado anticonceptivos, si fuma; ya que todos estos se han identificado de cierta forma como factor de riesgo del cáncer de mama. Después de eso, se debe averiguar si la paciente ha tenido dolor mamario (mastalgia) o ha presentado alguna tumoración.

Posteriormente sigue la exploración física que la paciente la debe autorealizar cada mes. Un médico con experiencia también deberá explorarla al menos cada 6 meses. Se deben buscar tumoraciones, deformidades en piel, en pezones o bien tumoraciones por arriba o abajo de la clavícula o en axila.

A continuación, si ha sido posible obtener algún dato que lo justifique, debe recurrirse a algunas de las siguientes técnicas de diagnóstico por la imagen:

- Mamografía
- Ecografía mamaria
- Resonancia magnética o Imagen de Resonancia Magnética (I.R.M.) o resonancia.
- Tomografía por emisión de positrones, (T.E.P. o P.E.T.)

De estos procedimientos el más importante, el más específico y el más usado es la mamografía, una radiografía obtenida en un aparato de rayos X que ha sido diseñado especialmente para estudiar las mamas. Otras técnicas, como la galactografía, la neumoquistografía y la neumooncografía, representan variantes de la mamografía en las que se asocian técnicas invasivas para precisar el estudio de determinadas alteraciones.

La ecografía mamaria es un método auxiliar, muy útil en numerosas ocasiones, que en algunas circunstancias puede llegar a ser la principal técnica diagnóstica por la imagen. La principal utilidad consiste en la distinción de la naturaleza sólida o quística de lesiones nodulares identificadas en la mamografía. También es de utilidad en el estudio de mama con un componente glandular importante que condiciona una elevada densidad de la imagen mamogràfica, dificultando la discriminación de posibles lesiones. Permite una medición muy precisa del tamaño de los nódulos mamarios y es de gran utilidad para guiar punciones para obtener material celular o tisular para examen citológico o biópsico que permitan el estudio y diagnóstico histo-patológico.

La resonancia magnética y la T.E.P. (o P.E.T.) tienen importancia en casos concretos y su empleo, en la actualidad, no es rutinario. Sin embargo, las indicaciones de su empleo van ampliándose cada vez más. Las principales indicaciones de la resonancia son el seguimiento de cambios cicatrizales mamarios intensos post quirúrgicos, el estudio de multicecentricidad del cáncer mamario, la valoración de la extensión local para apoyar o contraindicar el tratamiento conservador y el estudio de complicaciones de prótesis mamarias.

Cuando se obtiene una mamografía, el radiólogo examina cuidadosamente las imágenes obtenidas buscando ciertos signos radiológicos que son conocidos como indicadores probables de patología. La imágenes pueden visualizarse de manera analógica, utilizando como soporte una película radiográfica especial para mamografía; o bien de manera digital, utilizando sistemas informáticos.**

Gráficos interactivos de El Mundo.es

- Diagnostico y tratamiento
- Autoexploración de la mama
- El ganglio centinela
- Radioterapia rápida para el cáncer de mama

Gráficos interactivos de TodoCancer.com

- Que es el cáncer de mama

Gráficos interactivos de Saludalia.com

- Autoexploración mamaria


Fuente*: Wikipedia.com
Fuente**: Wikipedia.com

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viernes, 2 de octubre de 2009

Comer mal es peor que fumar

La mala nutrición provoca un aumento de las alergias y otros trastornos - La educación es la mejor herramienta para combatirla

Comer demasiadas hamburguesas puede producir obesidad y aumento del colesterol. Al igual que se avisa en los paquetes de tabaco, los consumidores deberían estar advertidos de las consecuencias del consumo de ciertos alimentos. Los cambios en la dieta han sido vertiginosos en los últimos años y, como señalan expertos en nutrición, la tendencia es a peor. Comer mal, además, no sólo produce obesidad, diabetes o problemas cardiovasculares. Están aumentando las alergias e intolerancias y también otros trastornos, de carácter más leve, que merman la calidad de vida. Hasta tal punto que, si no se invierte esta tendencia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) prevé algo nunca visto: que los nacidos después de 2000 tengan menos esperanza y calidad de vida que los que nacieron antes.

Manuel Serrano-Ríos, catedrático de Medicina Interna de la Universidad Complutense y miembro de la Real Academia de Medicina, opina que "globalmente, una mala nutrición es un factor de riesgo más grave que el tabaco, ya que su impacto es mayor sobre muchos sistemas". Un grupo de expertos del Consejo Científico del Instituto Danone, que preside Serrano-Ríos, debatió la semana pasada sobre la importancia de invertir la mala tendencia en la alimentación durante un curso sobre nutrición y salud pública en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander. Pilar Cervera, ex directora del Centro de Enseñanza Superior de Nutrición y Dietética, también opina que las secuelas de comer mal se extienden más que las del tabaco. "Por eso tienen efecto las luchas contra el tabaco, porque se habla de consecuencias más concretas", asegura Cervera.

La obesidad, que ha sido la primera enfermedad no infecciosa de la que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declara una pandemia, es la consecuencia más visible de una mala alimentación. Pero la necesidad de volver a la dieta mediterránea se apoya además en otros factores: "La prevalencia de alergias e intolerancias ha aumentado muchísimo en los últimos años", afirma Ascensión Marcos, experta del Grupo de Inmunonutrición del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). "Los malos hábitos en la alimentación repercuten en el sistema inmune", incide Marcos, "y aunque muchas alergias e intolerancias alimentarias están sin diagnosticar, se está diciendo que en 2010 entre el 40 y el 50% de la población europea va a padecer algún tipo de alergia".

La dificultad de diagnóstico se extiende a otros de los efectos de la mala nutrición, "trastornos sin gravedad pero que van mermando la calidad de vida, y de los que la gente no se preocupa hasta que no son verdaderos problemas", afirma Pilar Cervera. "El estreñimiento es uno de los más comunes, del que se pueden derivar hemorroides o fisuras anales, que a la vez pueden terminar en anemia por pérdidas de sangre; en general hay todo un subgrupo de trastornos ligados a una mala alimentación; mala hidratación, que da problemas de piel, de cabello... y estos pequeños trastornos simplemente se van asumiendo, por lo que no desaparecen o empeoran hasta que son realmente graves", explica la experta del Instituto Danone, que aboga por una alimentación variada y con horarios establecidos como solución a estos problemas.

Son muchos los factores que influyen en la mala nutrición. Aparte del estilo de vida, "la tecnología de alimentos", afirma Serrano-Ríos, "ha contribuido a incluir en alimentos procesados ingredientes que facilitan la alergia; el consumo preferencial de determinados alimentos, a la vez que los nuevos métodos de laboratorio han contribuido a que se desarrollen estos problemas".

Para los expertos se trata de una especie de paradoja: la mejora del nivel de vida no ha hecho sino empeorar la calidad o el equilibrio en la alimentación y poner en grave peligro la dieta mediterránea. "Los españoles comemos mucho, comemos mal, apenas hacemos ejercicio físico y dormimos menos horas de las convenientes", afirma Isabel Ávila, miembro del Instituto Danone y presidenta de la Confederación Española de Organizaciones de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (CEACCU), que acaba de presentar un estudio sobre hábitos saludables. El resultado ha sido un "suspenso absoluto". Según el informe, tan sólo el 6,6% de la población alcanza los objetivos de alimentación saludable respecto al consumo de frutas, verduras, pescado y legumbres.

Unos datos poco alentadores y mucho peores en equilibrio que los de los últimos años: "Antes era menos habitual que los jóvenes tomaran tantas calorías y no estaba en este peligro la dieta mediterránea; no sabemos por qué, pero aunque cada vez somos más exigentes con la salud y con la alimentación, al final nos cuidamos menos y nos alimentamos peor", afirma Ávila.

No están claras las razones del aumento ni tampoco la solución, pero existe consenso sobre cuál debe ser la principal vía de combate: la educación es la base para modificar unos hábitos más difíciles de cambiar conforme avanza la edad. "Esta falta de formación, de atención a la nutrición para una vida saludable, repercute en otros ámbitos muy graves, ya que se produce un riesgo de manipulación, porque la gente se cree todo lo que le cuentan sobre dietas, lo que se anuncia en televisión", asegura Serrano-Ríos. Un grave desconocimiento que se transmite de padres a hijos: "Los niños son grandes imitadores, por eso es muy importante que toda la familia coma lo mismo, eso de preguntarles a los niños qué quieren comer no se hacía en mi época", dice Cervera, "es vital que toda la familia coma lo mismo e introducir al niño pronto en la mesa familiar".

La responsabilidad es tanto familiar como escolar. Los expertos coinciden en que la educación alimentaria es un apartado olvidado y que es necesario potenciarla a todos los niveles de la educación. "En la asignatura de Educación para la ciudadanía", afirma Serrano-Ríos, "y en la carrera de Medicina, donde ni siquiera está bien reflejada la importancia de la nutrición; los médicos tienen una formación muy escasa, yo diría que casi ha habido menosprecio en este sector". La poca consideración que se ha dado a la nutrición no evita la existencia de otra paradoja. Hay preocupación, pero no acción. El estudio revela que el 75% está preocupado por llevar una dieta sana, aunque a la hora de la verdad todo se quede en buenas intenciones.

La presidenta de CEACCU cree que, en general, la sociedad padece "poca información y menos formación". Problemas de etiquetado y de tiempo para cocinar se suman al desconocimiento. Pilar Cervera asegura que para adquirir esta educación "hay que conocer los grupos alimentarios y mezclarlos de forma equilibrada". La experta en nutrición cree que "la dietética no está reñida con la gastronomía, es necesario cuidar la presentación y controlar la grasa y sal, pero tampoco eliminarlos". Factores que hagan más atractiva la variedad, sobre todo en lo que concierne a los niños, pueden ser clave para conseguir un cambio en esta cultura que se aleja peligrosamente de la dieta mediterránea.

Un atisbo de esperanza viene de la mano de la crisis. Ávila cree que la coyuntura económica "está cambiando ligeramente los hábitos, las familias están recuperando buenas costumbres en la mesa". Los productos base de la dieta mediterránea son, de hecho, algunos de los más económicos. Las legumbres, vegetales o los cereales cumplen ambos requisitos y tienen en este momento su oportunidad perfecta para recuperar el protagonismo en la mesa. Y es que, a la hora de comer, nada como los platos de la abuela.

Buenas intenciones, malos hábitos

Buenas intenciones pero poco más. El estudio presentado la semana pasada por la Confederación española de organizaciones de amas de casa, consumidores y usuarios (CEACCU) revela que la mayoría de los españoles (74,4%) se preocupa por llevar una vida sana.

La teoría está muy bien y casi todo el mundo se la sabe. Sin embargo, en la práctica son realmente muy pocos los que tienen buenos hábitos o se preocupan por adquirirlos. El informe, realizado a partir de 5.500 encuestas, recoge los errores más frecuentes y que más se reconocen: no tomar suficientes frutas y verduras (el más común), no hacer un desayuno completo y comer muy pocas legumbres. Isabel Ávila, presidenta de CEACCU, valora la situación como un serio peligro para la dieta mediterránea y lamenta que en la sociedad falte tiempo e información para atender a la alimentación.

Son los mayores, según el estudio, quienes más se preocupan por la dieta y se alimentan de forma más equilibrada, son precisamente quienes ya tenían los hábitos adquiridos, dice Ávila. Por sexos, el hombre es quien menos se preocupa por seguir una dieta en condiciones y, entre ellos, son los solteros, divorciados y la gente con bajo nivel de estudios los que menos se cuidan en este sentido.

El ejercicio físico casi brilla por su ausencia. Sólo el 27% confiesa realizar algún tipo de ejercicio o deporte (incluidos paseos de media hora o de más tiempo). Y, además, se duerme poco. Más de la mitad duerme menos de siete horas diarias recomendadas y la siesta tiende a desaparecer. Así, el 60% de la población no se la echa nunca.

Los distintos factores están encadenados, cuando se cambia uno se cambian todos, señala Ávila sobre la tendencia a agrupar los hábitos, ya que está comprobado que quienes tienen costumbres escasamente saludables suelen tener más de una.

El fumador habitual consume, en general, menos fruta que el no fumador, advierte la presidenta de la CEACCU. Para Ávila, uno de los papeles más importantes en esta lucha contra la desinformación alimentaria lo tienen los medios de comunicación.


Fuente: ElPais.com
Autor: C. Castro Carbón
Fotografia: La "súper hamburguesa" de 1360 calorías y 91 gramos de grasa. La cadena de comida Burger King's ha presentado su nueva creación: la hamburguesa "Angry Triple Whopper". Tiene 3 carnes, tocineta, pepinillos, cabollas "Angry", tomates, lechuga, queso y salsa "Angry". En total, aporta 1360 calorías, 91 gramos de grasa, 33 gramos de grasas trans, 235 mg de colesterol, 59 gramos de carbohidratos, 13 gramos de azúcar, 77 gramos de proteínas y 1830 mg de sodio. Por si fuera poco, quienes asuman el reto de consumir esa hamburguesa, la podrán acompañar de una porción de papas fritas con 500 calorías.

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viernes, 18 de septiembre de 2009

Peligros de los alimentos genéticamente diseñados. Por Sylvia Ubal

Los alimentos artificialmente diseñados que contienen genes derivados de cerdos, peces, insectos, virus y bacterias están apareciendo en los estantes de los supermercados, comenzando con tomates, maíz, soja, productos lácteos, levadura y aceites, extendiéndose luego para reemplazar a centenares de variedades tradicionales de frutos y vegetales. Los gobiernos permiten su venta sin advertir al público, aunque muchos científicos genéticos afirman que estos alimentos dañarán permanentemente la salud.

Los hechos científicos han demostrado que es necesaria una inmediata prohibición de los transgénicos (Organismo Modificado Genéticamente OMG) en todo el mundo. Los alimentos artificialmente modificados que contienen genes derivados de cerdos, peces, insectos, virus y bacterias están apareciendo en los estantes de los supermercados, comenzando con tomates, maíz, soja, productos lácteos, levadura y aceites, extendiéndose luego para reemplazar a centenares de variedades tradicionales de frutos y vegetales. Los gobiernos permiten su venta sin advertir al público, aunque muchos científicos genéticos afirman que estos alimentos dañarán permanentemente la salud.

También es claro que sin la intervención directa del hombre, los procesos naturales seguirían un curso mucho más lento y, precisamente, ante crecientes catástrofes naturales en ambos hemisferios, surge la pregunta acerca de la responsabilidad del homo sapiens. No sólo los suelos que tardaron millones de años en gestarse fueron a veces destruidos en menos de una década, sino también los avances de 12 mil años de ciencias agropecuarias están en peligro por los transgénicos. La creciente vulnerabilidad, los riesgos en los ecosistemas y el ser humano, el surgimiento de nuevas enfermedades y el aumento de los desastres naturales en número e intensidad, obligan a una reflexión sistemática, que rebasa la meta de este artículo.

En resumen, los potenciales riesgos de los OGM y algunos efectos negativos comprobados, obligan a la humanidad entera, las naciones soberanas y las organizaciones ciudadanas, a defender sus intereses genuinos: su derecho a la vida, a un entorno sano, a un futuro sin miedo y al patrimonio mundial cultural, ambiental y genético. Sólo una legislación afincada en los principios antes mencionados, permitirá a los jóvenes enfrentar al mundo con menos angustias y con una seguridad humana que garantice bienestar a todos, sin distinción y sin privilegios. En las manos de cada uno de nosotros está la responsabilidad ética de colaborar en este futuro deseable.

La hipocresía de Monsanto


La etiqueta de Roundup (glifosato)advierte que: "es una violación de la ley federal utilizar este producto en alguna forma que sea inconsistente con su etiquetado. No utilice este producto de manera que pueda entrar en contacto con trabajadores u otras personas, ni directamente ni por deriva. Sólo operadores protegidos deben permanecer en el área durante la aplicación".

Los pequeños aviones y los helicópteros pulverizadores que dispersan los herbicidas químicos en Colombia, a menudo vuelan demasiado alto para poder apuntar con exactitud a las cosechas, están sometidos a los frecuentes vientos de costado que caracterizan la ecología de la selva tropical. Esos vientos pueden fácilmente aventar o "derivar" el herbicida a zonas no seleccionadas como objetivo, produciendo la destrucción de otros cultivos, de bosques tropicales o de masas de agua.

En abril de 2009 un trabajo reciente del ingeniero agrónomo argentino, genetista e historiador, director del Instituto de Formación de la CMP, Alberto Lapolla relacionó la epidemia de dengue y la aparición de fiebre amarilla con el incremento de los cultivos de soja transgénica en el país llevada a cabo por Monsanto, que lo denominó “sojización”.

Encontramos que la producción industrial de leche en Estados Unidos y México utiliza una hormona transgénica de crecimiento bovino llamada rBGH, propiedad de Monsanto (Somato-Tropina Bovina) con consecuencias fatales para quienes consumen esos lácteos. La hormona transgénica provoca que suba en la leche el nivel de otra hormona llamada en inglés IGF-1 (factor de crecimiento insulínico tipo 1). Estudios recientes muestran que los niveles anormalmente altos de esta segunda hormona (IGF-1) se asocian con el surgimiento de cáncer de seno, próstata y colon

Los árboles y la semilla Terminator de Monsanto


Árboles estériles genéticamente modificados (GM)no pueden contener transgenes, sin embargo, ellos han generado preocupación por su amenaza a la salud y la biodiversidad.

Los árboles transgénicos han sido investigados extensivamente en parcelas bien extensas con muy poca precaución sobre la diseminación de transgenes. Los estudios sobre la dispersión de polen y semillas desde los árboles han demostrado que el flujo de genes puede ser medido en kilómetros. Queda claro que los transgenes de los árboles GM no pueden ser detenidos una vez que han sido introducidos al medio ambiente. Por esa razón, se han dedicados esfuerzos enormes en desarrollar las modificaciones genéticas necesarias –comúnmente referidas como técnicas Terminator– para prevenir la floración o la producción de polen.

Los árboles que no florecen ni fructifican no proveerán de alimento a una multitud de insectos, aves y mamíferos que se alimentan del polen, néctar, semillas y frutos, lo que inevitablemente traerá enormes impactos sobre la biodiversidad.

Las toxinas de eliminación utilizadas para crear árboles estériles son en si mismas un peligro adicional. La ribonucleasa barnasa resultó ser tóxica para los riñones de las ratas. La barnasa resultó citotóxica en líneas celulares de ratones y seres humanos.

Monsanto es dueña también de la tecnología genética de la llamada Semilla Terminator, semilla estéril. También cuenta entre sus bienes con la hormona de crecimiento para “mejorar” la producción de leche y carne de bovinos, entre otros.

Las vacas que reciben esta inyección tienen un aumento significativo en la frecuencia de 16 enfermedades, incluidas mastitis y problemas de gestación. Las vacas sufren muchísimo y, además, la leche contiene restos de antibióticos, pus y sangre, por las continuas enfermedades y tratamientos a que son sometidas. Pese a que el uso de esta hormona artificial está prohibido en Europa, Canadá, Japón, Nueva Zelanda y Australia, se aprobó su uso comercial en México, Guatemala, Honduras, Costa Rica, Panamá, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela y otros ocho países de otros continentes, basados en estudios que la propia Monsanto que proporcionó a las agencias reguladoras de EEUU.

En el ámbito biológico Científicos de la Michigan State University han comprobado que plantas resistentes a ciertos virus, pueden mutarse, a veces de manera violenta, provocando plagas desconocidas. Investigadores de Oregón documentaron que (OGM), por ejemplo la Klebsiella planticola, mata a los nutrientes esenciales del suelo que facilita la fijación biológica del nitrógeno del aire, como es el caso de la bacteria Rhizobium melitoli.

Existen laboratorios que han investigado que Organismos Genéticamente Modificados (OGM) programados para producir su propio pesticida o resistencia a determinados herbicidas, provocaron resistencia en malas hierbas, lo que obligaría en un futuro a emplear pesticidas cada vez más poderosos. En ambos casos pueden surgir "superplagas" o "superinsectos", difíciles de ser controlados con los pesticidas existentes, pero, sobre todo, muy violentos para el medio natural.

La Universidad de Cornell encontró y confirmó que el trigo manipulado con Bt 176 envenenó en pruebas de laboratorio a la mariposa Monarca en su estado larvario. Existe además un potencial peligro de crear insectos resistentes a agroquímicos que pudieran destruir el entorno natural y, por ende, también afectar la biodiversidad de la fauna silvestre y la cadena trófica. Se prohibió el cultivo de las semillas modificadas con el Bt 176; por poner en riesgo a muchas especies de insectos protegidas. Insectos fundamentales para la polinización de plantas. Se descubrió una posible relación entre el consumo por humanos del Bt176 y la resistencia a determinados antibióticos, perdiendo estos su eficacia.

La Universidad de Nebraska comprobó que la soja, genéticamente manipulada con la nuez de Brasil, aumentó las alergias en distintos alimentos. Este padecimiento se detectó en un 8% de los niños de los Estados Unidos. Se manifiesta, desde síntomas leves, hasta la muerte súbita.

El 22 de mayo de 2005 el periódico inglés The Independent reportó la existencia de un informe secreto de la compañía de biotecnología Monsanto sobre su maíz transgénico Mon 863. Según el informe, de 1,139 páginas, ratas alimentadas con este maíz por trece semanas tuvieron conteos anormalmente altos de células blancas y linfocitos en la sangre, los cuales aumentan en casos de cáncer, envenenamiento o infección; bajos números de reticulocitos (indicio de anemia); pérdida de peso en los riñones (lo cual indica problemas con la presión arterial); necrosis del hígado; niveles elevados de azúcar en la sangre (posiblemente diabetes); y otros síntomas adversos.

Lamentablemente se le esta dando el control de la alimentación mundial a unas pocas empresas multinacionales, quienes son dictadores de la alimentación, y lejos de constituir un medio para luchar contra el hambre, aumentan los problemas alimentarios. Los países que han adoptado masivamente el uso de cultivos transgénicos son claros ejemplos de una agricultura no sostenible.

La solución al hambre y la desnutrición pasa por el desarrollo de tecnologías sostenibles y justas, el acceso a los alimentos y el empleo de técnicas como la agricultura y la ganadería ecológicas. La industria de los transgénicos utiliza su poder comercial e influencia política para desviar los recursos financieros que requieren las verdaderas soluciones.

Defendemos la aplicación del principio de precaución y nos oponemos por lo tanto a cualquier liberación de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) al medio ambiente.

Farmacéuticos

Los productos farmacéuticos de Monsanto también tienen su historia inquietante para la salud del ser humano. El producto estrella de la compañía farmacéutica Searle, subsidiaria de Monsanto, es el edulcorante artificial "aspartame" (aspartamo), vendido bajo los nombres comerciales de Nutrasweet y Equal. En 1981, cuatro años antes de que Monsanto compra Searle, un comité consultivo de la FDA (Food and Drug Administration) compuesto por científicos independientes, confirmó informes que afirmaban que el aspartame podría inducir tumores cerebrales.

A pesar del gran potencial que tiene la biología molecular para entender la naturaleza y desarrollar la investigación médica, esto no puede ser utilizado como justificación para convertir el medio ambiente en un gigantesco experimento con intereses comerciales.

En vez de tecnologías ideadas para el enriquecimiento continuo de unos pocos, podemos basar nuestra tecnología en la esperanza de una mayor armonía entre nuestras comunidades humanas y el mundo material. Nuestra salud, nuestros alimentos y el futuro de la vida en la Tierra están realmente en juego.


Fuente: Ecoportal.net
Autor: Sylvia Ubal. Escritora, ambientalista y ecologista venezolana. Actualmente escribe para Barómetro Internacional.com

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lunes, 14 de septiembre de 2009

Un debate actual sobre un ritual antiguo: EE UU estudia aplicar la circuncisión a los recién nacidos para luchar contra el sida. Por Mario Diament

Estudios clínicos demuestran que en los países africanos golpeados por el sida, los hombres que se operaron redujeron a la mitad el riesgo de infección.
Las autoridades sanitarias de Estados Unidos están estudiando la posibilidad de promover la circuncisión a todos los recién nacidos en los hospitales del país para luchar contra la propagación del virus del VIH, que provoca el sida. La recomendación del Centro para la Prevención y el Control de Enfermedades (CDC) se espera que llegue a final de año e incluiría también la posibilidad de circuncidar a los adultos heterosexuales cuyas prácticas sexuales sean consideradas de alto riesgo. Así lo asegura hoy el New York Times, que reconoce que la propuesta ya ha levantado polémica porque, entre otras cosas, los expertos dicen que no tendría un gran impacto en Estados Unidos entre los homosexuales, el principal grupo de riesgo.

El diario menciona recientes estudios clínicos que demuestran que en los países africanos golpeados con crudeza por el sida, los hombres que se sometieron a la citada operación redujeron a la mitad el riesgo de infección. Según los resultados de esos estudios, que fueron realizados en Kenia, Suráfrica y Uganda, los hombres heterosexuales que fueron circuncidados tenían un 60% menos de posibilidades de acabar contrayendo el VIH.

Los que critican que se extienda a todos los recién nacidos la circuncisión cree que es una operación innecesaria y sin el consentimiento de los niños, y quienes apoyan la medida, como el doctor Peter Kilmarx, dicen que cualquier medida contra el sida debe ser tomada en cuenta seriamente. "Tenemos una significativa epidemia en este país, y debemos observar con detenimiento cualquier posible intervención que pudiera servir como herramienta para hacer frente a la epidemia", afirmá el doctor Kilmarx, del Centro para la Prevención y el Control de Enfermedades.

Pero lo cierto es que no hay pruebas que demuestren que la circuncisión protege a los homosexuales y, además, en Estados Unidos el 79% de los adultos ya están operados, aunque es una práctica que ha disminuido en los últimos años. Después de la Segunda Guerra mundial el 80% de los niños eran circuncidados, mientras que en 1999 el porcentaje había descendido hasta el 65%, según datos del CDC, que revelan que los negros e hispanos, grupos más afectados por el sida, son menos dados a operar a sus hijos. La Academia de Pediatría de Estados Unidos asegura que la circuncisión "no es esencial" para el futuro bienestar del niño, por lo que en muchos estados del país la operación no está cubierta por los servicios de salud públicos.*


Un debate actual sobre un ritual antiguo

Miami.- Nadie sabe con certeza qué extraña urgencia originó el rito de la circuncisión, ni por qué culturas apartadas y desconectadas unas de otras coincidieron en su empeño de mutilar este estimable órgano durante milenios.

Ya los sacerdotes egipcios en los tiempos de la dinastía V se dedicaban a rebanar cuidadosamente el prepucio de los varones jóvenes como lo ilustran bajorrelieves en la necrópolis de Saqqara, 2400 años antes de la era cristiana.

Algunos grupos aborígenes de Australia practicaban la circuncisión y colgaban la piel amputada sobre los árboles totémicos.

Para los judíos, la circuncisión representa el pacto de Dios con Abraham, según describe el Génesis en el capítulo 17, y no someterse a ella equivale a la excomunión.

Los musulmanes adoptaron esta práctica por la misma razón y, considerando que Ismael, hijo mayor de Abraham y de cuya estirpe deriva el pueblo árabe, también fue circuncidado. Aunque este rito no aparece mencionado en el Corán, forma parte de la tradición oral del profeta y es practicado ampliamente en el mundo islámico como una forma de marcar el pasaje de la infancia a la hombría.

En el cristianismo, y a pesar de que el propio Jesús fue circuncidado al octavo día, en concordancia con la ley mosaica, la práctica fue declarada innecesaria por el Primer Concilio de Jerusalén (50-60 d.C.) y, en particular, después de que el apóstol Pablo comenzó a predicar entre los gentiles y advirtió la resistencia de los potenciales conversos a someterse este tipo de sacrificio.

Sin embargo, la tradición sigue viva en algunas ramas ortodoxas del cristianismo, como las iglesias copta, etíope y eritrea.

Lo cierto es que, lejos de desaparecer con el avance de la civilización, la circuncisión se ha ido expandiendo y dejó atrás, en muchos casos, su origen ceremonial para convertirse en una remoción por motivos estrictamente profilácticos.

Esto fue particularmente cierto en el mundo anglosajón, donde desde fines del siglo XIX la circuncisión se incorporó como una práctica preventiva, aunque su difusión también correspondió a las nociones prevalecientes en la época victoriana, que presumían que desalentaba la masturbación y otros hábitos igualmente perversos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que casi un 30% de todos los varones del mundo están circuncidados; de ellos, el 70% son musulmanes. Pero en Estados Unidos, seguramente el país más empeñoso del planeta en esta forma de ablación genital, la circuncisión alcanza al 75% de los varones.

Las posturas a favor y en contra de esta práctica son igualmente fervorosas y abarcan desde razones médicas y psicológicas hasta cuestionamientos religiosos y legales. Quienes favorecen la circuncisión, como la organización Clearinghouse on Male Circumcision, que trabaja juntamente con la OMS y el programa de la ONU contra el sida (Unaids) enfatizan sus beneficios higiénicos y preventivos.

Quienes se oponen, como la Organización Nacional por la Información sobre Circuncisión, afirman que se trata de una práctica innecesaria y defienden el derecho de cada quien al frenillo como un órgano natural y protector.

Hay argumentos a favor y en contra de sus efectos erógenos y sobre el derecho de los padres a tomar una decisión sobre la integridad física de un bebe.

De ahí que los resultados de tres estudios realizados en Uganda, Kenya y Sudáfrica, divulgados la semana pasada por el Centro de Control de Enfermedades de Washington, que determinaron que la circuncisión reducía en hasta un 60% el riesgo de adquirir el virus del sida hayan agitado nuevamente las aguas de la controversia.

Sea cual fuere la postura que prevalezca en este debate, el misterio de la circuncisión seguirá acicateando la curiosidad humana. Los místicos judíos interpretaban el acto como el sello del pacto con Dios impreso en la carne. Muchos agnósticos, en cambio, se preguntan si no hubiera sido más sencillo estampar el sello en algún lugar menos susceptible.**


Fuente*: ElPais.com
Fuente**: LaNacion.com
Autor: Mario Diament. Periodista, dramaturgo, guionista, productor teatral y traductor literario. Fue secretario y jefe de Redacción de La Opinión, además de secretario de Información General del diario Clarín, director de la revista Expreso y, entre 1991 y 1993, del diario El Cronista. Actualmente, es columnistas del diario LA NACION. Master of Arts en la Universidad de Antioquia, de Ohio, vive en Miami, donde se desempeña como profesor en la Escuela de Periodismo y Medios de Comunicación de la Universidad Internacional de la Florida, y director del programa de maestrías del mismo establecimiento. Es, asimismo, columnista del diario El Nuevo Herald / Miami Herald
Fotografía: Clearinghouse on Male Circumcision for HIV Prevention

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domingo, 30 de agosto de 2009

Comer o no comer carne, he ahí el dilema. Por Xavier Bayle

Cuando una mañana de abril, viendo unas fotos de los pollos criados en factoría, decidí hacerme vegetariana la mayoría de las personas que me conocían, sabedoras de mi obsoleta gran pasión por el consumo de carne y de todo el universo relacional generado alrededor de ello, se mosquearon; vaticinando que duraría poco, y no dando importancia de mi postura, me insultaron. Lo cual me indignó, pero también me tranquilizó dado lo fácil que me había resultado enfrentarme a mi misma atribuyéndole a la razón un peso más sólido que a la educación y la costumbre.

Hacerme vegetariano fue, como digo, una clara postura ética de "yo no participo", además de las otras ventajas que tiene; y en base a ese criterio, fui discreto a la hora de enarbolar argumentos en pro de mi postura, sencillamente me limitaba a comer sólo vegetales. Pese a lo cual no pasa día que las mentadas personas me recuerden que "un día fui", aunque ya no sea. El peso de la culpa. El famoso peso de la culpa. Aunque ya mis defensas no sean que "quién mejor que yo para saber lo que me pierdo", las delicias de los miembros seccionados en mi plato, los órganos cocidos... Si acaso, en un supuesto, jamás hubiera yo probado la carne, también me dirían que "qué se yo acerca de lo que me pierdo". Respuestas ridículas las hay a montones.

He dicho antes lo de la educación porque, más que biología o fisiología, nuestras costumbres ultraomnívoras (y homonívoras, ya dicho de paso ) entiendo que forman parte de un sistema educativo demasiado miope y poco imaginativo, que se limita a vomitar, con ligeros cambios de forma y modo, las lecciones aprehendidas desde pequeñas. Nuestra cotidianeidad rota en torno a una serie de movimientos más o menos programados por nosotras mismas, con un más o menos libre albedrío; y otras actitudes "preprogramadas", de un modo subliminal o evidente, por el sistema social imperante.

Para quienes llevar o dejar de llevar a cabo el culto gastronómico del consumo de cárnicos, supone una toma de conciencia o un posicionamiento vital, evidentemente también les supone una carga o descarga de conciencia ética. Quiero decir que, incluso las más acérrimas carnívoras y piscívoras , las que defienden a ultranza este modo de vida, lo hacen, en cierto manera, intuyendo tal vez en ello una incorrección. Me explico.

La carne no es necesaria para vivir. Es un hecho. La ingestión de peces tampoco es precisa. Partiendo de esos parámetros -avalados a su vez por centenares de millones de personas que en el planeta no pueden / quieren comer animales-, los argumentos entonces tienden hacia el mito del hombre cazador y el fantástico desarrollo del cerebro gracias al sangriento festín de nuestros antepasados. Esta leyenda no hace sino atribuirnos cualidades de predadoras que, al margen de su veracidad, nos encantan y nos fascinan; pues hoy día no llegamos más que a tristes predadoras pasivas en una sociedad encargada de maquillar el dolor ( y causarlo), disimular la muerte ( y matar ) y disfrazarlo todo de sonrisas tipo anuncio dentífrico. Y siempre es atractivo denominarnos "peligrosas", pese a que nuestro destino sea ser depredadas por la religión de la moneda en curso. Además el aumento de volumen cerebral ha traído consigo la incapacidad de predecir la lluvia, la bomba atómica, la ignorancia de lo importante y el amazacotamiento en el pensamiento único de nuestra insigne sociedad global. Amén de otras carencias más.

Pero si la carne supiera, por ejemplo, a excrementos de perro, y si, pongamos, el pescado fuera amargo como la hiel ¿ tanto defenderían esas personas su consumo ?. sin duda alguna: no. Se interrumpiría inmediatamente la matanza, pese a las supuestas maravillas que conlleva. En conclusión: comemos agonía porque nos encanta rendir pleitesía a nuestros sentidos a cualquier precio; nos hemos enamorado de la gastronomía hasta tal punto que -es una hipótesis de exposición-, si mañana en nuestras tiendas, con el consenso y la legitimidad de la ley y la aprobación de la sociedad, pudiéramos comprar carne de niña, tal vez la consumiríamos. Aunque sólo fuera por probar. Yo les puedo garantizar que muchas personas lo harían. Claro está, siempre que su precio fuese asequible y se ocultara pertinentemente el sacrificio. Para quienes creen que exagero y que es un despropósito mi aseveración deberían informarse de que, hoy en día, existen personas del primer mundo que han comido y comen carne humana con cierta cadencia.

Pero no quiero establecer un debate acerca de morbo o exponer la problemática ética de la antropofagia, pretendía solamente acentuar la disposición social hacia la satisfacción y el hedonismo. Cuanto más oprimidos nos encontramos por las reglamentaciones y los dispositivos sociales, tanto más nos arrojamos a la exigencia de nuestro derecho y nuestro deber de carpe diem, de gozar la "vida loca" y de bautizarnos con el título de "amas y señoras" del mundo, y aún del universo, porque ya es sabido que "ser humano" es sinónimo de vanidad. Es tal nuestro amor por nosotros que ya ni siquiera nos importa si la carne y el pez provocan infartos, invitan a los tumores o acumulan mercurio en nuestro cuerpo, porque nos compensa arrojarnos ciegamente al placer inmediato de saborear un pedazo de carroña convenientemente guarnicionado. El ser humano es, además, tremendamente resistente a la razón y notablemente impermeable a la lógica y a la sensibilidad.

Destruidos los conceptos de macho cazador y de impiedad; destruida la supuesta supremacía que proporciona un cerebro -dicen- evolucionado; destruido el argumento sobre la salud del consumo de cadáveres...¿ qué queda ?: la autosatisfacción. Somos culpables de irresponsabilidad, cómplices de asesinatos en el nombre del más puro placer y, por supuesto, enemigas de los equilibrios que la naturaleza guarda para sus componentes.

Hemos destruido esos equilibrios, por ello el ser humano camina hacia su extinción. ¿Exagero de nuevo?

Para las amantes de las cifras se ha calculado que necesitaríamos dos planetas y medio para satisfacer nuestras ansias de complacencia de un modo "sostenible". Habida cuenta que sólo "poseemos" uno, su fin está más que garantizado. Incluso las más compulsas homocéntricas deberían comprender qué tipo de legado dejamos en herencia a las generaciones venideras. Somos un cáncer que se extiende profunda y dolorosamente en su irreflexión.

La solución que proponen las más radicales consiste en el suicidio colectivo, lo cual encuentro un poco improbable y -eso sí-, exagerado, dado que todos los seres vivos tendemos a querer seguir estándolo, y es anormal lo contrario ( exceptuando el tema de la eutanasia ). Bastaría con aprender a vivir, amar la vida y amar incluso lo que no nos ama porque no sabe o no puede hacerlo. Dado que amar a lo que nos ama es amarnos a nosotras mismos, y sería regresar de nuevo a la autocomplacencia. Las soluciones son muchas, pero he entendido, priorizando la reflexión a la satisfacción física, que comer o no la carne de las demás es un camino indiscutible de equidad, justicia y belleza.


Fuente: HazteVegetariano.com
Autor: Xavier Bayle, artista español (Barcelona, 1969-). Activista y defensor de los derechos de los animales (en especial contra la corridas de toros). Durante dos años ha vivido en Polonia. Su trabajo abordan los problemas que afectan a los seres humanos y animales.

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miércoles, 19 de agosto de 2009

Una dieta sin carne: ¿Más allá de los argumentos intelectuales? Por Mark F. Carr y Gerald R. Winslow

El consumo de carne y su industria son perjudiciales para los humanos y su medio ambiente. No hay duda de que el vegetarianismo es una mejor forma de vida. Pero al afirmar eso, ¿trascendemos la investigación científica para hablar de valores? A eso se suelen limitar los argumentos a favor del vegetarianismo: publicar los beneficios de una dieta sin carne o presentar argumentos morales.

La pregunta es: ¿Es una obligación moral adoptar una dieta vegetariana?

Tom Regan, un destacado defensor de los derechos animales, contribuyó a llevar la discusión de lo que algunos llaman “vegetarianismo ético” dentro de un marco moral.1 Regan creía que si presentaba argumentos sólidos su audiencia optaría por el vegetarianismo. “Si mi razonamiento es correcto, la mayoría de los que lean esto deberían experimentar una transformación radical en sus vidas”, afirmaba.2 Como muchos otros, Regan no buscaba tan sólo defender el vegetarianismo. En realidad, buscaba no sólo cambiar la manera de pensar de las personas, sino también de alimentarse. Sin embargo, ¿tienen esos argumentos el peso suficiente como para producir un convencimiento intelectual y un cambio de conducta?

Estos interrogantes nos motivan a considerar los argumentos en favor del vegetarianismo. Si bien podríamos agruparlos de diversas maneras, hemos seleccionado cinco categorías.3

La salud como argumento

Los estudios científicos han mostrado que la proteína animal no es un elemento esencial en la dieta humana. Además, otros estudios muestran que la incidencia de algunas enfermedades se reduce significativamente en los que se abstienen de consumir carne. 4 Los que analizan el tema desde una perspectiva cristiana alegan que el vegetarianismo fue la “dieta original” de Dios, y citan la historia de la creación y la abundancia que Dios dio a Adán y Eva en el Edén. Según esta postura, el ser humano fue diseñado para vivir sin necesidad de utilizar la carne como alimento.

El segundo argumento desde una perspectiva cristiana se basa en evidencias científicas que muestran que la dieta vegetariana es más saludable. Como Dios creó nuestros cuerpos para que sean la habitación del Espíritu Santo (1 Corintios 3:16,17; 6:19, 20), tenemos la obligación de vivir vidas saludables. O sea que, al entender que esa es la dieta más saludable y que es posible implementarla, llega a ser la dieta moralmente preferible.

Los derechos de los animales

Al referirse a los deberes éticos hacia los animales, algunos autores combinan el lenguaje utilitario con el de los derechos de los animales.5 Para ellos es crucial la conciencia del daño y el sufrimiento que experimentan los animales usados como alimento. Es considerado inmoral causar ese sufrimiento para meramente satisfacer nuestras preferencias alimentarias.

Entre los estudios que culminaron en el libro The New Vegetarians: Promoting Health and Protecting Life [Los nuevos vegetarianos: la promoción de la salud y la protección de la vida], Paul R. Amato y Sonia A. Partridge identificaron 11 razones por las que la gente es vegetariana. La primera es “la preocupación por el sufrimiento animal o la creencia en los derechos animales”.6 La aceptación generalizada de estos derechos hace que éste sea un argumento particularmente fácil de aceptar. Es triste, sin embargo, que los derechos de las vacas, los pollos y los cerdos desconocidos sigan siendo anulados por los deseos del paladar. Además, tanto sus fundamentos filosóficos como las aplicaciones prácticas, continúan siendo difíciles de establecer en los humanos y aun más difícil en los animales.

Las preocupaciones ambientales

A pesar de los esfuerzos de gente como Jeremy Rifkin7 y Francis Moore Lappe,8 y más allá del éxito de sus libros, sólo un pequeño número de personas parece haber cambiado su dieta como resultado de preocupaciones ambientales. Por ejemplo, en la encuesta ya mencionada de Amato y Partridge, se halló que sólo un cinco por ciento se hizo vegetariano por sus preocupaciones ambientales.9 Por eso, aunque los éticos ambientales insisten en adoptar métodos de conservación y utilización de la tierra, rara vez se refieren explícitamente al vegetarianismo como obligación moral.

La evolución social

Nos referimos aquí a una variedad de posturas y autores que abogan por un cambio sociopolítico, reconociendo que existe cierta superposición con otras categorías. La obra de Lappe, por ejemplo, encaja en más de una categoría. Notemos su preocupación en el prefacio de la edición revisada de A Diet for a Small Planet [Una dieta para un planeta pequeño]: “Me surgió una duda más profunda… en relación con la dirección, con el impacto de lo sugerido. ¿Se interesarían los lectores de mi libro, y aun se centrarían tanto en los detalles nutricionales como para olvidar o ignorar el verdadero mensaje?" 10 (la cursiva es mía).


¿Cuál era ese “verdadero mensaje”? Más que nada, la autora deseaba que su trabajo destacara la manera en que la dieta individual “nos relaciona con los interrogantes más abarcantes del suministro de alimentos para toda la humanidad”.11

En la edición revisada y actualizada, Lappe destacó que le interesaba no sólo hacer que la cocina y la alimentación sean más simples y mejores sino también “la significación política y social” de nuestras elecciones alimentarias. 12

La mayordomía

El principio de mayordomía incorpora las preocupaciones de los éticos ambientales y de los activistas de los derechos de los animales. Andrew Linzey, al considerar el tema desde una perspectiva cristiana, insta a efectuar un cambio radical en la manera cristiana de interpretar su relación para con la creación divina. Linzey desafía la idea cristiana tradicional que afirma que este mundo y todo lo que está en él fue hecho tan sólo para elevar la raza humana. Los humanos son únicos en el orden de la creación, y esta característica requiere que asuman el papel especial de “especie sierva”. Como siervos de la creación, los mayordomos deben protegerla, imitando así a Dios. Basado en el concepto teológico del Dios sufriente, Linzey proclama: “No es suficiente tener una visión negativa de lo que deberíamos hacer para prevenir el sufrimiento. Necesitamos una visión positiva de la forma en que podemos cargar sobre nosotros el sufrimiento del mundo y transformarlo por el poder del Espíritu Santo”.13

Linzey insiste que los cristianos tienen que ir más allá de la idea de que Dios sufre cuando los humanos sufren. Cuando aceptamos plenamente el hecho de que “Dios sufre en todas las criaturas sufrientes” estaremos más preparados para aceptar nuestro papel de mayordomos.14 Desafortunadamente, para los adherentes a ésta y otras posturas, los oyentes probablemente se limiten a decir: “Sí, pero…”

Más allá del “Sí, pero…”

Cada uno de los argumentos ya descritos ha recibido gran aceptación en los ámbitos filosóficos y populares, pero el número de vegetarianos no refleja esos niveles de aceptación. La gente acepta intelectualmente los argumentos pero sigue comiendo hamburguesas. Es verdad que el vegetarianismo tiene más aceptación en el presente que hace 20 ó 30 años pero, ¿por qué la gente no modifica su estilo de vida? Y los que lo hacen, como muestra la encuesta de Amato y Partridge, ¿lo hacen por compasión hacia los animales que sufren el cruel destino del consumo humano?

Moralidad, convicción y acción

Es posible defender con habilidad los problemas morales asociados con el consumo de carne, pero cuando uno pasa de la simple descripción para prescribir obligaciones y acciones personales, es necesario llegar al corazón de la audiencia. Los cambios en la práctica personal a menudo se originan más en el corazón que en la mente. Los buenos argumentos no necesariamente se traducen en un cambio de estilo de vida. (Para entender la motivación de los autores de adoptar una dieta vegetariana, lee los relatos adicionales.)

Sharon Bloyd-Peshkin critica a los grupos ambientales, afirmando que estos grupos han fracasado en diseminar el vegetarianismo por temor a perder el número de miembros y los ingresos financieros. Sus observaciones en relación con los temas y métodos enfatizados por los grupos ambientales certifican aún más que las acciones prácticas surgirán sólo cuando las personas sean alcanzadas emocionalmente, además de intelectualmente. Al analizar las razones por las cuales los grupos ambientales no se vuelven vegetarianos,

Bloyd-Peshkin revela que una decisión difícil no es tanto el producto de un argumento sólido sino que son las emociones las que producen resultados concretos. Bloyd-Peshkin tiene razón al señalar que “el impacto ambiental del consumo de carne es demasiado indirecto”. Uno no se siente inducido a abandonar la carne en la fila del supermercado. Por el contrario, la reacción es diferente cuando uno se enfrenta con escenas de sufrimiento y tortura que preceden a la aparición de esa carne en el supermercado. Como dice ella, “es más probable que uno…. se enoje al ver la planta industrial que está en camino a casa, porque uno ve la contaminación que produce”.15

Hume y la fuerza de los sentimientos

No es ninguna novedad que los agentes morales son movidos más por la emoción que por la razón. Las obras filosóficas de David Hume destacaron esta realidad en el siglo XVIII. Pero la hegemonía del racionalismo en la moralidad de la sociedad occidental ha servido para que sus adherentes se opongan a apelar a la emoción en el proceso de desarrollar argumentos morales, ya que su uso es ridiculizado como sentimentalismo barato.16

Hume se rehusó a ignorar la fuerza del sentimiento en la vida moral del ser humano. Por el contrario, este sentimiento, considerado único en los humanos, distingue su capacidad de vivir una vida moral. Es ese “sentimiento de desaprobación que inevitablemente sentimos ante la aprehensión del barbarismo o la traición” lo que nos lleva a declarar tales actos como criminales o inmorales. Hume insiste que los actos humanos nunca son atribuibles a una razón “fría y desprendida”. La razón puede transmitir “el conocimiento de la verdad y la falsedad”, pero nunca servirá para adjuntar valoraciones de la virtud y el vicio, la esencia de la moralidad. Además, la razón nunca puede motivar a alguien a la acción. El sentimiento es la “primera fuente o impulso hacia el deseo y la voluntad”. Según Hume, “los fines últimos de las acciones humanas nunca pueden ser atribuidos a la razón, sino recomendarse enteramente a los sentimientos y afectos del ser humano, sin dependencia alguna de las facultades intelectuales”.17

Annette Baier, la defensora de Hume más prominente y capaz en la actualidad, lo resume así: “Para toda motivación a la acción, y para toda reacción evaluadora, la ‘razón’ debe ‘concordar’ con alguna ‘pasión’; la ‘cabeza’ debe obrar para el ‘corazón’”. 18 Es así que el cultivo y la práctica de estos sentimientos humanos permite la realidad práctica de vivir una vida moral.

¿Qué significa esto para la defensa del vegetarianismo? Se requiere algo más para lograr que la gente cambie sus hábitos alimentarios. Los buenos argumentos filosóficos no vuelven a nadie vegetariano. Los sentimientos morales, sin embargo, a menudo lo logran. La fuerza moral de los movimientos del corazón es un elemento esencial en la elección de un estilo de vida vegetariano.

Las virtudes del vegetarianismo

La simpatía es una de las virtudes relacionadas con el interés por el otro, ya que ese es su objeto de atención, pero presupone una cierta habilidad del agente para adoptar disposiciones altruistas y empáticas. Es así que cuando otro sufre, la simpatía nos impulsa a responder de una forma que alivie ese sufrimiento. Al igual que Hume, Edward F. Mooney afirma que la simpatía es “el ‘mecanismo’ por el cual compartimos la situación del otro y nos sentimos impulsados a responder con benevolencia”.19

La compasión está estrechamente ligada a la simpatía en esa relación con el otro. Etimológicamente, el énfasis está en la similitud del sentimiento del otro; literalmente, en “sufrir con”. Hay un sentimiento de comunidad compartida con otros humanos y, basados en la idea de mayordomía ya descrita, un sentido extendido de comunidad compartida que incluye a todos los seres. Como otras virtudes que requieren la emoción del agente, la compasión trasciende el simple estado afectivo para llegar a la acción. Sin embargo, como señala Lawrence Blum, esto implica que a menudo uno actuará “contrariamente al humor o las inclinaciones propias” porque lo hará en favor del otro. De hecho, aun cuando nuestras acciones puedan no eliminar inmediatamente el sufrimiento ajeno, tienen un “valor intrínseco para el sufriente, independientemente de su valor instrumental de mejorar” la suerte del otro.20

Conclusión

¿Qué efecto práctico tendrá la inclusión de la simpatía y la compasión en los argumentos intelectuales del vegetarianismo? Creemos que si nos transformamos en una sociedad donde se valoren y practiquen esas virtudes, veremos un aumento del vegetarianismo y una disminución en el consumo de carne. Estas virtudes nos servirán para trascender la aceptación moral de los argumentos en favor del vegetarianismo hacia su práctica real.

¿Tienen peso los argumentos filosóficos como para establecer la obligación moral de ser vegetarianos? ¿Requiere la virtud que los consumidores de carne se vuelvan vegetarianos? Y si es así, ¿debería la sociedad avanzar hacia la prohibición de la producción y el consumo de carne?

El presionar sobre obligaciones morales o legales continúa siendo problemático aun frente a los argumentos poderosos en favor del vegetarianismo. No podemos ni requerir que las personas sean virtuosas ni que coman ciertos alimentos, en especial en la cultura contemporánea. Es posible que llegue el tiempo en que las crisis ambientales y sociopolíticas de la humanidad obligue a los legisladores a exigir tales prácticas alimentarias. Mientras tanto, debemos conformarnos con la idea de que el vegetarianismo se limita a ser moralmente loable.

El chillido del conejo

Varias encinas magníficas se elevaban por detrás de la vieja cabaña. Papá, mi hermano Pete y yo estábamos en nuestra primera excursión de caza en la granja de mi abuelo en Michigan. Según papá, los conejos que habitaban en esos árboles eran particularmente veloces. Pete y yo caminábamos en la parte posterior de la cabaña sin hablar, ya que sabíamos que si los conejos nos oían, escaparían antes de que pudiéramos disparar.

Al llegar al borde de la cabaña, alisté mi escopeta de 20 milímetros. Papá apareció por el otro lado y en ese preciso momento un conejo salió como una flecha hacia las malezas del fondo. Nada en el mundo me podría haber distraído en ese momento, mientras mantenía al conejo dentro de mi campo visual, como papá me había enseñado. El animal se detuvo justo al comienzo de las malezas. Sabía que tenía que acercarme para dispararle así que me arrastré hacia él, pero antes de que pudiera acortar distancias, la caza terminó.

El tiro del rifle de papá resonó sobre mí al mismo tiempo que veía caer al conejo. Por el chillido del animal, supe que papá no lo había matado. El chillido era tan agudo e intenso que corrimos al lugar donde el animal se retorcía de dolor.

Papá se agachó y lo tomó de las patas traseras, lo apoyó en el piso, puso su pie sobre la cabeza del conejo y tiró. La sangre saltó de su cuerpo mientras su corazón intentaba un último esfuerzo.

Aunque traté, no pude ocultar el horror que sentí. Papá lo habrá notado, porque lo que dijo reveló su propia necesidad de justificar esa acción delante de sus dos hijos. “Es la forma más rápida de sacarlo de su miseria”, comentó. —Mark F. Carr

Las plumas del faisán

Me sentía sumamente orgulloso de mi nueva escopeta de 12 milímetros, que había comprado con el dinero que había ganado cosechando habichuelas verdes. Mi objetivo era aprender a cazar faisanes, gansos canadienses y otras “aves de caza” que abundaban en el Valle de Willamette, donde me crié. Mis padres confiaban en que mis 14 años eran suficientes para esa actividad.

Las primeras excursiones con mi amigo Bob no tuvieron éxito. A pesar de nuestros esfuerzos y de que los faisanes chinos son lentos y ruidosos al iniciar el vuelo, erramos todos los tiros. En realidad, nuestras salidas no eran más que largas caminatas otoñales salpicadas de momentos de excitación y disparos infructuosos.

Pero una mañana fuimos a cazar con “los grandes”: el hermano de Bob y su amigo. Como principiantes, se nos ordenó ir hasta el otro lado del maizal y esperar. Ellos, junto a su perro cazador, irían avanzando en nuestra dirección. Si erraban al blanco, debíamos disparar hacia las aves que volaban hacia nosotros.

Y así fue. Un magnífico faisán chino macho voló esquivando el disparo y se dirigió directamente hacia donde me encontraba agazapado. Apunté y disparé justo cuando me sobrevolaba. Las plumas se desperdigaron en todas direcciones. El perro vino corriendo y escogió la parte más grande de lo que quedaba del faisán. Estaba casi partido en dos. Pero en los restos podía ver el asombroso anillo blanco del pescuezo, las plumas rojas y verde oscuras de la cabeza y las hermosas largas y rayadas de la cola. El hermano de Bob le echó una mirada, dijo que no valía la pena llevarlo y lo arrojó entre unas zarzamoras.

Mientras ocultaba mi desilusión con falso fanfarroneo, tomé una de las plumas y la coloqué en mi gorra de caza. Más tarde, ya en casa, la analicé. No podía borrar de mi mente el ave colorida que había sido despedazada sin razón alguna. La irremediable estupidez de esa acción me abrumaba. Puse la escopeta en el armario, con el tiempo la vendí, y nunca más cacé ningún animal. —Gerald R. Winslow


Fuente: Diálogo Universitario
Autores: Mark R.Carr (Ph.D., University of Virginia) es profesor asociado de religión, y Gerald R. Winslow (Ph.D., Graduate Theological Union) es decano y profesor de ética cristiana en la Facultad de Religión, Loma Linda University, Loma Linda, California.
Notas y referencias: 1. La expresión “vegetarianos éticos” no se refiere a los vegetarianos que son moralmente correctos, sino más bien a los que eligen esta dieta por razones éticas. Ver Paul R. Amato y Sonia A. Partridge, The New Vegetarians: Promoting Health and Protecting Life (New York: Plenum, 1989), p. 35ff; Andrew Linzey y Jonathan Webber, “Vegetarianism”, Dictionary of Ethics, Theology and Society (New York: Routledge, 1996); Gotthard M. Teutsch, “Killing Animals: Reflections on the Ethics of Meat Eating”, Universitas 2 (1993): 98-107. 2. Tom Regan, All That Dwell Therein: Animal Rights and Environmental Ethics (Berkeley: University of California Press, 1982), p. 4. Peter Singer, autor de Animal Liberation: A New Ethics for Our Treatment of Animals (New York: Avon Books,1975), también trasciende la simple preocupación por el trato animal al afirmar que el vegetarianismo “no es un mero gesto simbólico…. Llegar a ser vegetariano es el paso más práctico y efectivo que se puede tomar para terminar con la matanza animal y para dejar de infligirles sufrimientos” (p. 165). 3. Ver el artículo de William O. Stephens “Five Arguments for Vegetarianism”, Environmental Ethics: Concepts, Policy, Theory (Mountain View, Calif.: Mayfield Publishing Company, 1998); Jordan Curnutt, “A New Argument for Vegetarianism”, Journal of Social Philosophy 28 (Winter 1997) 3: 153-172. 4. Para una buena introducción a una investigación en relación con esto, ver G. E. Fraser, “Associations Between Diet, Cancer, Ischemic Heart Disease, and All-Cause Mortality in Non- Hispanic White California Seventh-day Adventists”, American Journal of Clinical Nutrition 70 (suplemento, 1999): 5325- 5385. 5. Peter Singer y Tom Regan son los autores más destacados dentro de esta categoría. Animal Liberation (1975), de Peter Singer, sirvió para que la defensa del vegetarianismo se trasladara al ámbito moral. 6. Paul R. Amato y Sonia A. Partridge, The New Vegetarians: Promoting Health and Protecting Life (New York: Plenum Press, 1989), p. 34. 7. Ver Jeremy Rifkin, Beyond Beef: The Rise and Fall of the Cattle Culture (New York: Dutton Books, 1992). 8. Ver Francis Moore Lappe, Diet for a Small Planet, rev. ed. (New York: Ballantine Books, novena impresión, 1978). 9. Amato and Partridge, ibíd 10. Lappe, p. xviii. 11. Ibíd. 12. Id., p. xix. 13. Andrew Linzey, Animal Theology (Chicago: University of Illinois Press, 1995), pp. 58, 59. 14. Ibíd. 15. Sharon Bloyd-Peshkin, “Mumbling About Meat”, Vegetarian Times, October, 1991, p. 72. 16. Tom Regan revela esta disposición cuando afirma en All That Dwell Therein, p. 4, que es posible suponer que los vegetarianos “sufren de un perverso sentimentalismo”. Que ellos “representan una forma de vida donde un excesivo sentimentalismo ha rebosado los bordes de la acción racional”. Afortunadamente, Regan rechaza esta postura, aunque no ignora la fuerza del sentimiento al proceder en su esfuerzo de proveer un “fundamento racional” para el vegetarianismo. 17. David Hume, An Enquiry Concerning the Principles of Morals, reimpresión de la edición de 1777 (La Salle, Illinois: Open Court, 2a. ed., séptima impresión, 1995), p. 134. 18. Annette Baier, “Hume, David” Encyclopedia of Ethics (New York: Garland, 1992). 19. Edward F. Mooney, “Sympathy”, Encyclopedia of Ethics. 20. Lawrence Blum, “Compassion”, en Explaining Emotions; editado por A. Rorty (Berkeley: University of California Press, 1980), p. 515.

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